Ōno Kazuo, 3
“El único movimiento que tiene
significado es el que deriva del alma.”
Ōno Kazuo
En el anterior artículo dejamos a Ōno en su papel femenino en la segunda versión de Kinjiki, pieza basada en la novela del mismo título de Yukio Mishima (1925-1970) y cuyo título se ha traducido en español como Color prohibido. La importancia de esta obra en la historia del butō radica en que precisamente marcó la fecha de su nacimiento. Como dije entonces, hablaré de
ella ampliamente en los artículos que dedique a Hijikata, en concreto en el vigésimo
séptimo.
Vamos a entrar hoy en la década de los sesenta del siglo
pasado, unos años en los que Ōno, superando ya la cincuentena, alcanza su
madurez expresiva. El primer fruto de su estrecha colaboración con Hijikata será un personaje que se convertirá en su arquetipo preferido, un ser
completo, a la vez femenino y masculino, real e imaginario, vivo y muerto, algo
que nunca antes nadie había creado de forma tan sensible y poética. Veamos cómo
nació.
Divinariane (Diviinū shō), 1960
Poco después del estreno de la primera versión de Kinjiki que comenté en el
anterior artículo, Hijikata pregunta a Ōno si estaría dispuesto a encarnar
el personaje del homosexual del Diario de un ladrón (Le journal du voleur),
la novela de 1949 de Jean Genet (1910-1956). Ōno acepta la idea, pero elige el
papel del travesti protagonista, llamado Divina, de la novela de Genet Nuestra
señora de las flores (Notre-Dame des fleurs) de 1943. De ahí nacerá la siguiente obra que interpretará Ōno: Divina, también denominada en muchos textos Divinariane.
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Ōno (izquierda) como Divina y Hijikata (agachado) en el primer acto de la segunda versión de Kinjiki, 1959. Foto: Ohno Dance Studio Archives. |