Los discípulos, 4
En el anterior artículo hablamos de un par de bailarines y coreógrafos de butō que desarrollaron parte de su carrera en Europa y América. Hoy nos centraremos en una estupenda bailarina de butō, seguramente la más brillante de todos los alumnos de Hijikata, y en un polifacético artista independiente.
Ashikawa
Yōko (1947-)
Nada más
graduarse en la Universidad de Arte Musashino en 1967, Ashikawa Yōko recibe
una invitación de Ishii Mitsukata (1939-2017) para que entre en el Estudio
Asbesto de Hijikata. Aunque no tenía ninguna experiencia en el mundo de la
danza, tiene su primer recital en agosto de 1968 en el auditorio del
Sōgetsu Kaikan en Tokio. A partir de ese momento, Hijikata empezó a trabajar frecuentemente
con bailarinas.
Ashikawa se convirtió enseguida en la discípula preferida de
Hijikata, una verdadera musa gracias a su capacidad de materializar las ideas
de su maestro respecto a lo que debía ser una interpretación femenina del butō.
Desde muy pronto supo responder de
manera muy efectiva al sistema que empleaba Hijikata para comunicar a sus
discípulos lo que tenían que hacer. Sus instrucciones no sugerían poses o formas de
colocar el cuerpo o los miembros, sino que simplemente les decía como debían sentirse, ni siquiera qué era lo que habían de sentir. Sin duda, su método resultaba desconcertante para muchos.
Ashikawa Yōko en la obra Tempestad de verano,
1973. Foto: extraída del DVD comercial de la obra. |