martes, 19 de noviembre de 2024

Curso de arte japonés, art. 12º. Entorno físico, III

En el anterior artículo se habló de la orografía de Japón y de cómo las omnipresentes montañas de su paisaje se han interpretado en el arte nipón a lo largo de su historia. Hoy seguiremos en ese mismo entorno, centrándonos en el clima y la vegetación.

El clima

Según las fuentes, en el archipiélago japonés se dan cuatro o seis climas que varían desde el tropical hasta el continental con, en general, un régimen de periódicas y abundantes precipitaciones.

Es bien sabido que las estaciones del año están bien diferenciadas. El norte del país, la isla de Hokkaidō y la región de Tōhoku, tiene inviernos largos y rigurosos con temperaturas bajo cero y fuertes nevadas, mientras que los veranos son frescos con temperaturas alrededor de 20º C. En el centro, en las zonas de Kantō y Chūbu, el clima es más suave con veranos calurosos y húmedos que fácilmente alcanzan los 30º C. El sur de Japón, las regiones de Kansai, Chūgoku y Kyūshū tienen un clima subtropical con veranos húmedos y calurosos que superan fácilmente los 35º C e inviernos muy suaves que apenas bajan de 10º C. Finalmente, el archipiélago de Okinawa posee un clima tropical con temperaturas cálidas todo el año y una estación lluviosa durante los meses de mayo y junio.

En general, las precipitaciones estivales y las nevadas invernales hacen que en Japón no escasee el agua y que lo atraviese un buen número de ríos. Durante todo el año, el promedio de días de lluvia al mes ronda los diez, como se aprecia en la siguiente tabla.

martes, 5 de noviembre de 2024

Curso de arte japonés, art. 11º. Entorno físico, II

En el anterior artículo hablé de la insularidad de Japón y su influencia en el aislamiento del país durante dos siglos y medio. Hoy lo haré de su orografía, de las omnipresentes montañas en el paisaje japonés y de cómo se han plasmado desde muy antiguo en el arte nipón.

La orografía

Las montañas ocupan aproximadamente el 75% de la superficie de las islas japonesas, y los bosques, el 65 %. A lo largo de la historia, las extensas zonas densamente arboladas han suministrado abundante madera para las construcciones y combustible para los numerosísimos hornos de alfarero repartidos por todo el país. Aproximadamente, solo un 12% de la superficie de Japón se destina a usos residenciales y agrícolas, estos últimos muchas veces posibles gracias a la creación de terrazas.

El monte Akadake visto desde el Yokodake, prefectura de Nagano. Foto: Wikimedia Commons.