El descubrimiento del
butō en Occidente, 1
En el anterior artículo, el primero de la serie que estoy
dedicando al butō, comenté que nació en 1959 en Tokio y mencioné a sus
“padres”. En el de hoy hablaré de cuándo y cómo lo descubrió Occidente. Sin
embargo, en realidad lo primero que vieron los críticos y aficionados europeos no puede decirse que fuera realmente butō, aunque
sí tenía algunos de sus rasgos más singulares.
El descubrimiento del
arte moderno de Japón
Durante los años setenta, existía en Occidente una fuerte curiosidad por descubrir lo que acontecía en Japón. Esa popularidad, que iba más allá de algunos círculos artísticos e intelectuales americanos y, algo menos, europeos, posiblemente fuera consecuencia del escaparate que representaron, primero, los Juegos Olímpicos de 1964 y, luego, la Exposición Universal de Osaka de 1970.