El teatro nō japonés, la
obra Kantan, características
Continúo hoy los
comentarios introductorios a la obra de teatro nō japonés, titulada Kantan,
que inicié la semana pasada.
Kantan es una de
las piezas del repertorio del teatro nō
ambientadas en China. Como ya dije, se cree que debió escribirse a mediados
del siglo XV, cuando las leyendas y tradiciones de ese país eran muy conocidas en Japón, tanto
entre la aristocracia de la corte como entre la militar.
La danza
En el teatro nō la
danza es un elemento imprescindible de la función. Sin embargo, debemos
desterrar de nuestra mente cualquier intento de compararla, igual que su
música, con el ballet romántico europeo, por cuanto entre sus
respectivas épocas de madurez discurrieron unos cuatrocientos años.
De nuevo informo a los interesados en conocer un poco más a fondo el teatro nō, que pueden recurrir a mi libro El teatro japonés y las artes plásticas. En este blog pueden ver sus datos, su índice y un extracto, así como el enlace para comprarlo en Amazon o directamente en la editorial.
La escenografía de la grabación
La grabación que incluiré en mis siguientes artículos no se realizó en
un teatro con una escena tradicional de nō,
sino en un recinto plurifuncional de la ciudad de Sapporo en el año 2006.
En el vídeo, en lugar de la característica pared de fondo
con un pino dibujado, veremos una estructura tubular abstracta y una pantalla
utilizada para proyectar unas imágenes que ayudan a crear la atmósfera adecuada
antes de que aparezcan los actores. Tampoco aparece el típico tejadillo que cubre la escena en los teatros tradicionales,
ni sus pilares, ni tampoco la galería lateral donde suele situarse el
coro, que en esta función se coloca en la zona posterior.
Sin embargo, sí se mantiene la cortina de raso pentacolor
que se levanta cuando los actores hacen su entrada o el mutis, así como la
pasarela que lleva a la escena principal. Esos dos elementos son los más
representativos e imprescindibles en una función de teatro nō, por cuanto contribuyen en gran
manera a crear el tempo y la espacialidad adecuados.
Compárese las dos fotografías siguientes: la primera es de una escena
tradicional y la segunda corresponde al vídeo de la representación de Kantan que veremos en los siguientes capítulos.
Escenario moderno de la representación de los clips que se insertan en esta serie. Foto extraída de la grabación de la obra. |
Para contrarrestar la frialdad de semejante espacio, el
director de la representación que veremos en vídeo creó el ambiente onírico que demanda la obra mediante una introducción
musical mucho más larga que las clásicas del nō. Ese preludio instrumental de la flauta y el tambor se
interpreta casi a oscuras mientras se encienden unas candelas que rodean el
perímetro de la escena (se aprecian en la foto anterior). Como fondo, en una pantalla, se proyectan imágenes de una especie de estrellas fugaces. Todo eso lo veremos en el vídeo de la semana próxima
El atrezo de la obra es, esta vez sí, el clásico, es decir, muy esquemático. Se reduce a solo dos elementos. El primero de ellos es una pequeña tarima, con cuatro
sencillos pilares de bambú, que al principio de la obra simboliza la estancia donde
dormirá el protagonista (en la anterior foto se ve a la derecha) y en la segunda parte representa el palacio imperial donde vive
cuando se convierte en rey. El segundo objeto del atrezo es el palanquín en el que se le traslada
hasta su futuro reino.
La música
En las obras de teatro nō,
para generar y reforzar su ambiente mágico, no pocas veces ultraterrenal, se
emplea una música muy sugestiva, aunque seguramente sorprendente para oídos
occidentales. Debido a mis escasísimos conocimientos en este tema, apenas voy a hablar de la música en el teatro nō, pero lo
que sí puedo proponer es que, cuando la oigamos, primero nos relajemos y luego la
escuchemos con la piel, como una ducha de sonidos, seguramente insólitos pero
altamente fascinantes.
Si se me permite una simplificación algo osada, a los oídos
“muy conservadores” o a los paladares acostumbrados a solo un “tipo de cocina”,
les diría que la “sintieran” como la música de la escena de la ducha en la
película Psicosis de Hitchcock: una sucesión de hirientes acordes que, en ese caso, ambientaban perfectamente
el escalofriante momento.
Salvando las distancias, algo semejante ocurre en el teatro nō, especialmente durante el inicio de
las obras, un momento en el que una punzante nota de la flauta rompe el silencio para perderse en un tenso vacío. Eso lo veremos en el videoclip que insertaré la semana
próxima.
Referencias en el
texto
A continuación voy a comentar algunos términos y conceptos
que aparecen en la obra y cuyo significado o simbología contribuyen a crear la
atmósfera onírica y feérica que exige la representación.
El título Kantan se refiere al nombre japonés de
una población china (Handan) situada en la provincia norteña de Hebei. En
varios momentos de la obra se menciona el nombre de Kantan como el de una localidad
situada en el camino que discurre entre la ciudad natal del protagonista y la
provincia a donde se dirige, que se encuentra en la provincia de Sichuan en
el suroeste del país. En este punto surge una contradicción entres esas tres localizaciones y el sentido del viaje del protagonista. Sin embargo, esa incongruencia no influye en la comprensión y disfrute de la obra.
A continuación, voy a intentar aclarar algunos conceptos o expresiones que aparecen en Kantan y que pueden resultar crípticos para un espectador no muy ducho en temas orientales. Junto con cada uno de los títulos en negrita, entre paréntesis, indico el número del vídeo en el que aparece esa idea o concepto. Sirva de ayuda saber que el clip 01 aparecerá la semana próxima.
Referencia a la “almohada china” (Clip 02: entrada de la posadera)
Referencia a la “almohada china” (Clip 02: entrada de la posadera)
Las antiguas almohadas chinas y japonesas son diferentes de lo que se
entiende como almohada en Europa. En Occidente son un blando cojín de forma alargada. En
China y Japón son unos bloques de madera, revestidos según convenga, que
permiten que la nuca se apoye en ellos sin que el peinado se deshaga.
Una almohada mágica es el motor del argumento de la obra Kantan y la
posadera la menciona en cuanto aparece en escena al inicio de la
función. La foto siguiente muestra el momento en el que la dueña de la fonda se presenta ante el
público y comenta cómo obtuvo la almohada mágica.
Presentación de la posadera acarreando la almohada mágica. Foto extraída de la grabación de la obra. |
Lo que nos cuenta la posadera es lo siguiente:
Posadera:
Tienen antes ustedes a una posadera de esta ciudad, Kantan. Mi nombre es Ryōsen. Hace ya mucho tiempo que doy alojo a los viajeros que pasan por aquí. Cierto día, ofrecí aposento a un caminante que era monje de una orden que practicaba las artes mágicas y en concreto las de los seres inmortales. Al irse, me entregó una almohada que tenía, según él, poderes mágicos. Quien duerma sobre ella, me dijo, en un momento verá el pasado y el futuro, y así despertará iluminado. Yo la llamo la almohada de Kantan y la ofrezco a todos los que se alojan en mi posada.
Referencia a “nacer
como humano” (Clip
04: presentación de Rosei)
Según la teología budista, únicamente los que han nacido
como ser humano pueden alcanzar la iluminación. Nacer hombre, como el protagonista,
no se da muy frecuentemente, pues hay muchos más seres vivos que no lo son. Sin embargo, el personaje dice que a pesar de tener la opción
de alcanzar la iluminación, nunca se ha preocupado en conseguirla, simplemente
se ha limitado a vivir.
Al principio de la obra, cuando ese personaje, llamado Rosei, tras su lenta entrada
en escena, hace su presentación, dice:
Rosei:
Soy vecino del país de Shoku y me llamo Rosei. Aunque he nacido como humano no pretendo seguir el camino de Buda, he pasado mis días simplemente dejándome llevar. Se me ha dicho que en la Montaña del Cordero Volador, en el reino de So, vive un virtuoso monje, por eso me apresuro para llegar allí y preguntarle qué debo hacer en el futuro.
Referencia a los reyes
de China. (Clip
06: embajador y Rosei)
A los príncipes y reyes de China se les nombraba
honoríficamente como “vos que estáis por encima de las nubes”, en alusión a que
los emperadores habitan en un lugar muy por encima de los mortales, más allá de
las nubes.
Esa metáfora aparece en el texto que canta el coro cuando el
protagonista sube al palanquín que le conducirá al reino de So.
Coro:
Subido en este palanquín de jade,subido en este palanquín de jade.Según la ley de Buda,la gloria en este mundo no es másque un sueño pasajero.Sin saber que es un sueño,asciende más allá de las nubes.¡Qué prodigio!
Referencia al palacio
imperial. (Clip
07: coro)
A continuación de la escena anterior, cuando el protagonista
llega finalmente al país del que convertirá en rey, el coro menciona el Pabellón o Torre
del Dragón de las Nubes.
Con ese sugestivo nombre se pretende evocar el lujo y
esplendor de la residencia imperial del primer emperador chino y unificador del
país, Qin Shi Huang (259-210 a. C.), el Palacio de Abō en japonés y Epang en
chino. Al final de su reinado, Qin buscó infructuosamente el elixir de la
inmortalidad, para lo cual envió expediciones, que nunca volvieron, en busca del país de
los inmortales que comenté en este artículo.
Qin impulsó la mejora y ampliación de la Gran Muralla y ordenó la construcción
del mausoleo con los célebres soldados de terracota de Xian.
Coro:
¡Qué majestuosa visión!¡Qué majestuosa visión!Por encima de las altas nubes,con la clara luz de la luna,se ve el Palacio de Abōy el pabellón del Dragón de las Nubesirradiando una luz deslumbrante.
Yuan Jiang: El monte Li, 1702, tinta y color sobre seda, 217x42 cm. Museo de Peking. Foto: Wikimedia Commons. |
Referencia al
paraíso budista. (Clip 07: Coro)
Sin solución de continuidad respecto a los versos anteriores,
el coro explica que la belleza de ese palacio imperial debe parecerse al país donde reside Buda, es decir, al paraíso budista situado en el oeste para los
japoneses. Ya he comentado que en el siglo XI se construyó cerca de Kioto un
jardín y pabellón que lo simbolizaban: el Salón del Fénix.
Coro:
El jardín está cubierto con arena de oro y plata.En las cuatro direcciones,puertas engalanadas con joyasreciben y despiden a personasataviadas con brillantes vestidos.Será así el país donde reside Buday del que solo se conoce su nombre?
Referencia a la
fiesta de las copas. (Clip 08. Danza del kogata)
Cuando el protagonista bebe el licor de la inmortalidad, se
hace una alusión a una fiesta tradicional de la corte japonesa que consistía en
un concurso de poesía, en el cual los aristócratas se
sentaban a lo largo del arroyo de alguno de los jardines de la época para
componer un poema en un corto plazo de tiempo. Su nombre era kyokusui no en, “la fiesta de las aguas
serpenteantes”, en alusión a esos riachuelos.
Concurso de poemas: Kyokusui-no-en, Jōnangū, Kioto. Foto en Gorazd Vilhar y Charlotte Anderson: Matsuri. World of Japanese Festivals. Shufunotomo. |
El juego consistía en hacer flotar en la corriente de agua
una bandeja con una copa de sake.
Cuando llegaba a la altura de un noble, éste bebía su contenido y tenía que
componer un poema antes de que le alcanzara la siguiente copa. Se celebraba el
tercer día del tercer mes.
Coro:
Se desliza la copaarrastrada por el agua de crisantemo.
y recitar un poema,ondean las mangas de colores.Las manos van y vienen,el kimono de hermosos flores baila.
La copa da vueltas,la sombre de la luna
gira en el cielo eterno.
La referencia a las mangas del kimono en la literatura japonesa es muy frecuente, tanto en poesía
como en teatro. La imagen de las mangas empapadas en el rocío de la mañana se emplea
muchas veces como metáfora de las lágrimas.
Con
esto doy por finalizada esta introducción a la obra Kantan. La semana próxima comenzaremos
a ver los cortes videográficos de su función.
¿Estas interesado en el teatro japonés?, pues busca mi libro El teatro japonés y las artes plásticas. En él hablo de mucho más que de teatro. Leyéndolo descubrirás el trasfondo cultural que existe detrás de todas las artes del Japón tradicional.
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