El teatro japonés moderno, el shingeki o “nuevo teatro”. La Bungei Kyōkai
En el artículo pasado hablé
del shinpa, el primer eslabón en la modernización del teatro japonés llevada a cabo
durante el periodo Meiji (1868-1912). Como ya dije, el shinpa era un género a medio camino entre el kabuki y las formas escénicas modernas, a la europea. A finales de
la primera década del siglo XX, ya existían en Tokio varias salas que ofrecían representaciones
de shinpa. Sin embargo, a pesar de los
montajes de obras tanto de autores occidentales como japoneses, entrado ya el
periodo Taishō (1912-1926), sus producciones no supieron ir más allá de un
cierto melodramatismo y formalismo, sin duda muy oportuno como despertador de
conciencias, pero que muy pronto se vio superado.
Fue en ese momento cuando el relevo de la modernización
teatral en Japón lo tomó el shingeki,
vocablo que literalmente significa “nuevo teatro”, un movimiento surgido en el
medio universitario tokiota y cuya propuesta se basaba en el estudio de los
modelos occidentales y la realización de montajes de obras de reconocidos
dramaturgos europeos y también de japoneses contemporáneos. Se considera que el shingeki nació gracias a dos personajes:
Tsubouchi Shōyō y Osanai Kaoru.
Tsubouchi Shōyō
(1858-1935)
Tsubouchi Shōyō fue escritor, traductor, crítico, editor y
profesor universitario. Su fama le llegó cuando, en los años 1880, tradujo obras
de Shakespeare al idioma japonés tradicional, es decir, semejante al empleado
en el kabuki. En 1883 accedió a una
plaza de profesor en la Universidad de Waseda en Tokio y en 1886 publicó su histórico
ensayo La esencia de la novela (Shōsetsu shinzui). En 1891 fundó la
revista universitaria Literatura de
Waseda (Bungaku Waseda) y en 1906
participó en la creación de la compañía teatral Bungei Kyōkai (Asociación
Literaria o Asociación de las Artes Literarias). En 1915 abandonó su plaza de docente. El Tsubouchi Shōyō Memorial
Museum de la Universidad de Waseda es uno centros consagrados a las artes
escénicas más importantes de todo Japón.
Retrato de Tsubouchi Shōyō.
Foto: Wikimedia Commons. |
Al margen de sus trabajos teatrales, Tsubouchi elaboró una
compleja teoría sobre el estilo de la novela, basada en las
particularidades lingüísticas del japonés y que su amigo Futabatei Shimei
(1864-1909) plasmó en su obra Ukigumo
(Nubes flotantes), unánimemente considerada
como la primera novela moderna de Japón.
La Bungei Kyōkai o
Asociación de las Artes Literarias
Pero centrándonos en el mundo escénico, Tsubouchi trabajaba
intensamente las técnicas del recitado realista con sus alumnos de la
universidad. Algunos de ellos, como Doi Shunshō (1869-1914), Tōgi Tetteki (1869-1925) y Shimamura Hōgetsu (1871-1918), quien había regresado a Japón después de tres años de estancia en Inglaterra y Alemania, estaban especialmente interesados en aplicar las teorías de su maestro a una obra en concreto y, para conseguirlo, crearon en 1906 la compañía Bungei Kyōkai o Asociación de las Artes Literarias, en la que Tsubuochi, inicialmente, solo participó como consejero. La Bungei Kyōkai realizó algunos montajes escénicos que se convirtieron en hitos de la historia del teatro japonés.
Las particularidades
del idioma
Tsubouchi fue una figura trascendental en la creación de una
generación de actores, totalmente desligados del mundo del kabuki, a los que enseñó las técnicas de declamación moderna, muy
alejadas de las empleadas en las formas teatrales tradicionales de Japón. Sus
montajes de piezas de Shakespeare marcaron el verdadero inicio del teatro
moderno en su país. En concreto, la primera traducción japonesa integral del
Hamlet se hizo en 1907 para la Bungei Kyōkai. Con anterioridad a esa fecha,
solo se habían realizado versiones parciales de esa obra, la mayoría para montajes escénicos de la compañía de Kawakami, de quien hablé en el anterior artículo.
Tsubouchi estudió muy concienzudamente los problemas que representaba traducir al idioma japonés y trasladar al entorno social nipón las piezas de Shakespeare y en concreto Hamlet. Lo que buscaba era credibilidad de las situaciones y realismo en el texto. El comportamiento de los personajes de la corte de Dinamarca era inconcebible que lo tuviera cualquier persona de alto rango social en Japón. En el teatro occidental, los personajes hablaban de lo que sentían en su interior, en el teatro japonés, los espectadores debían imaginárselo.
Tsubouchi estudió muy concienzudamente los problemas que representaba traducir al idioma japonés y trasladar al entorno social nipón las piezas de Shakespeare y en concreto Hamlet. Lo que buscaba era credibilidad de las situaciones y realismo en el texto. El comportamiento de los personajes de la corte de Dinamarca era inconcebible que lo tuviera cualquier persona de alto rango social en Japón. En el teatro occidental, los personajes hablaban de lo que sentían en su interior, en el teatro japonés, los espectadores debían imaginárselo.
Las primeras obras del
shingeki
El primer montaje de Hamlet
de la Bungei Kyōkai en 1907 no fue tan bien como se esperaba. Los actores habían
sido instruidos por Tsubouchi y por el recién llegado de Europa Shimamura en
las técnicas de dicción y movimiento del teatro europeo, pero ninguno de ellos había
tenido contacto directo ni visto ninguna representación occidental. Sin
embargo, en cada una de las siguientes producciones que se fueron montando, el
resultado iba mejorando. Sin duda, la de 1910 dirigida por Tsubouchi marcó un
punto culminante. Al año siguiente, Shimamura subió a escena Casa de Muñecas de Ibsen, otro referente en la historia de la compañía.
La ilustración inferior es de esa última producción.
Las siguientes fotografías que inserto en este artículo se
han extraído del libro de Catherine Hennion: La Naissance du théâtre moderne à Tōkyō (1842-1924). Montpellier:
L’Entretemps, 2009.
La compañía Bungei Kyōkai, dirigida por Shimamura, en Casa de muñecas de Ibsen.
Teatro Imperial, Tokio, 1911. Matsui Sumako como Nora y Doi Shunshō como Torvald. Foto del libro mencionado. |
Recién comenzada la segunda década del siglo XX, la fama de
Tsubouchi comenzó a extenderse. El Teatro Imperial, en esos años la instalación
más moderna y bien equipada del país, le invitó para dirigir su producción de Hamlet, cuyo estreno se llevó
a cabo en mayo de 1911 con gran éxito. Esa fecha marcó el punto álgido en el
reconocimiento de la Bungei Kyōkai. En la siguiente fotografía de ese montaje
aparecen los dos actores más activos de la compañía en esos momentos.
La compañía Bungei Kyōkai, dirigida por Tsubouchi, en Hamlet. Teatro Imperial, Tokio, 1911.
Doi Shunshō como Hamlet y Tōgi
Tetteki en el papel de sepulturero. Foto del libro mencionado.
|
En 1913, Tsubouchi disuelve la Bungei Kyōkai por razones
todavía no muy esclarecidas, pero que parece tuvieron que ver con cierto
romance entre un alumno de la compañía y una actriz. Ese mismo año, en el mes
de junio, todavía realiza un nuevo montaje de Julio César en el Teatro Imperial, tras el cual presenta su
dimisión. La fotografía siguiente es de una de esas funciones.
La compañía Bungei Kyōkai, dirigida
por Matsui Shōo, en Julio César de
Shakespeare. Teatro Imperial, Tokio, 1913. Foto del libro mencionado. |
Aunque durante sus últimos años de existencia, la Bungei Kyōkai
perdió fuerza ante la troupe de Osanai Kaoru, que comentaré en el próximo
artículo, su importancia en la historia del teatro moderno japonés y en la
manera de representar a Shakespeare es incuestionable. En pocos años, la
Bungei Kyōkai, formada por veintidós actores y siete actrices, logró montar
trece obras de autores europeos y crear una nueva manera de recitar los textos.
En lo que se refiere a las piezas de Shakespeare, todas las
representaciones del dramaturgo británico que se realizaron en Japón hasta bien
entrados los años veinte le deben mucho a la compañía teatral de Tsubouchi y
Shimamura. Pero antes de dar ese salto, tendremos que completar esta rápida
visión del shingeki y hablar de
Osanai Kaoru, cosa que haré en el siguiente artículo dentro de catorce días.
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