Hace quince días hablé del
empleo de ciertos recursos escénicos del teatro tradicional japonés por parte
de las compañías underground, como la
de Terayama Shūji, a quien dediqué dos artículos. Hoy hablaré de la obra de uno de los grandes de la escena
japonesa, Suzuki Tadashi, quien siempre ha tenido muy en cuenta tanto en sus montajes como en la técnica de sus actores las formas teatrales clásicas japonesas.
Suzuki Tadashi (1939-)
A lo largo de más de cuarenta años de carrera, Suzuki
Tadashi ha encarnado numerosos personajes en el escenario, pero sobre todo ha
dirigido una ingente cantidad de obras. Durante ese periodo, ha desarrollado
unas personales técnicas de actor conocidas como método Suzuki, que no debe
confundirse con el consagrado a la técnica del violín con el mismo nombre. La carrera de Suzuki se inició, en 1959, bajo el paraguas de
los postulados realistas del shingeki.
Sin embargo, su montaje dos años más tarde de Las moscas de Sartre le permitió desmarcarse de esa influencia, así como establecer un punto de inflexión en su profesión. En sus comienzos dirigió
principalmente obras occidentales como El
aniversario, su primer trabajo en 1959, y Las tres hermanas, 1961, de Chéjov; Muerte de un viajante, 1960, y Las
brujas de Salem, 1963, de Miller; Las
moscas de Sartre en 1961, y Un
tranvía llamado deseo de Williams en 1964.
Suzuki Tadashi en la actualidad. Foto de origen desconocido. |
Las únicas obras japonesas que dirigió durante esos años fueron
las de Betsuyaku Minoru (1937-), quien en 1962 escribió Elefante (Zō),
considerada como una de las más importantes piezas del post-shingeki y del teatro del absurdo
japonés. El autor había quedado impresionado en su juventud cuando vio una
representación de Esperando a Godot, por lo que decidió introducir en esa obra todos sus ingredientes: falta de acción, ambiente
pesimista, lenguaje absurdo y ausencia de respuestas. Sin duda, esos elementos
resultaban muy adecuados en el entorno en el que se desarrollaba la pieza, un
hospital de Hiroshima tras la debacle atómica. Ese mismo año, Suzuki la estrenó
con su troupe de la Universidad de Waseda en Tokio.
La producción de Suzuki Tadashi era más reposada, austera y
rigurosa que la del resto de directores del underground como Terayama. Nunca pretendió escandalizar, ni ser iconoclasta por sistema. Al
contrario, su profundo interés por las artes teatrales clásicas japonesas,
especialmente por el nō, compartido
con Betsuyaku, le sirvió para darse cuenta de lo importante que era centrarse
en lo imprescindible y rechazar todo lo que fuese innecesario. Según él, el
único fin del teatro debía ser emocionar al espectador. Ese fue el punto de
partida para concebir su método de preparación integral para actores.
Suzuki se planteó la tarea de hacer llegar y entender el
teatro clásico de Japón en Occidente. Para ello, creyó que debía enseñar sus especiales
técnicas interpretativas, en su opinión perfectamente operativas y funcionales
en todo tipo de entornos escénicos, aunque no fuesen el nipón. Esa labor empezó
a desarrollarla en profundidad en la Universidad de Waseda en Tokio.
El Pequeño Teatro de
Waseda o Waseda Shōgekijō y la SCOT
Tras aquella primera etapa inicial, en 1966, Suzuki fundó,
junto con Saito Ikuko (19??-2012) y el
mencionado Betsuyaku Minoru, una compañía con estudiantes de teatro de la
Universidad de Waseda en Tokio que denominó Waseda Shōgekijō (Pequeño Teatro de
Waseda). Durante diez años, ese fue el laboratorio de ensayos perfecto para la puesta a punto
de su método de aprendizaje. Suzuki partió de las técnicas del teatro nō tradicional, pues consideraba que eran muy adecuadas para obras que exigiesen algún tipo de
distanciamiento del realismo.
Con su grupo de estudiantes de la Universidad de Waseda, Suzuki
fue realizando una profunda investigación sobre la preparación y técnica del
actor. Según él, en el escenario debía dominar su trabajo por encima incluso del
texto del dramaturgo, que solo era una herramienta, un medio para alcanzar el
objetico deseado. El resultado no se hizo esperar y a partir de su primera
actuación en Europa en 1972, a diferencia de otros directores y compañías angura, Suzuki y su método se hicieron
muy célebres internacionalmente. En la fotografía siguiente se le ve en un
ensayo con su compañía.
Suzuki en un ensayo en el Waseda Shōgekijō, 1973.
Foto en Ian Carruthers y Takahashi
Yasunari: The Theatre of Suzuki Tadashi.
Cambridge University Press, 2004.
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En 1976, Suzuki decidió trasladar su troupe asentada en el culturalmente
saturado Tokio al entorno rural de Toga, en la prefectura de Toyama. Fue allí
donde fijó el cuartel general de la que desde entonces se denomina Compañía
Suzuki de Toga, más conocida por su acróstico SCOT (Suzuki Company of Toga).
Actualmente, el centro consta de varios edificios para talleres, ensayos y
alojamientos, así como diferentes escenarios y teatros, incluso al aire libre.
El proyecto del complejo, frecuentemente mencionado como Toga Art Park, se debe
a la estrecha colaboración durante más de treinta años de Suzuki con el
arquitecto Isozaki Arata (1931-).
El complejo Toga Art Park. Foto: www.scot-suzukicompany.com/access.php
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Entre 1988 y 1994, Suzuki fue nombrado director del Acting
Company Mito (ACM), con sede en el centro cultural diseñado también por Isozaki en esa localidad. En 1995, Suzuki fue llamado para dirigir
esta vez el Shizuoka Performing Arts Center (SPAC). En ambos casos, la
aceptación del cargo se basó en su idea de que debía
descentralizarse la actividad cultural de Japón, excesivamente concentrada en la
conurbación de Tokio. Tanto Mito como Shizuoka se encuentran a una hora en tren
de la capital, suficientemente lejos, pero no demasiado. Ambos se sitúan a una
distancia intermedia respecto a Toga, ciertamente un lugar paradisíaco, pero muy
alejado del centro cultural del país.
El teatro de las rocas en el Toga Art Park. Foto: www.mattiasebastian.com/i-scot.
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En el año 2011 Suzuki creó una rama internacional de su
compañía que denominó I-SCOT y en la que incluyó miembros de países de
cuatro continentes con los que trabajaba en diferentes idiomas. Para el director
nipón no es ningún inconveniente que en sus obras se hablen varias lenguas, por
cuanto en sus propios escritos remarca que “el cuerpo es cultura y la cultura
es el cuerpo.” Algunos de los montajes más importantes de I-SCOT han sido Turandot de Brecht, La cantante calva de Ionesco y El
arquitecto y el emperador de Asiria de Arrabal.
Turandot de Brecht, Gozzi y Busoni en producción del I-SCOT dirigida por Mattia Sebastian, 2012.
Foto: http://www.mattiasebastian.com/theatre/turandot
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Turandot de Brecht, Gozzi y Busoni en producción del I-SCOT dirigida por Mattia Sebastian, 2012.
Foto: http://www.mattiasebastian.com/theatre/turandot
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Como hice cuando hablé de Terayama Shūji, también aquí debo
dividir el capítulo dedicado a Suzuki Tadashi, en este caso en tres partes, para hacerlo “más
digerible”. Dentro de dos semanas, el 30 de mayo, hablaré de
algunos de sus montajes y el 13 de junio insertaré un par de vídeoclips. Hasta entonces.
¿Estas interesado en el teatro japonés?, pues busca mi libro El teatro japonés y las artes plásticas. En él hablo de mucho más que de teatro. Leyéndolo descubrirás el trasfondo cultural que existe detrás de todas las artes del Japón tradicional.
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