Después de que en la anterior entrada hablara del mobiliario en las habitaciones de los ryokan,
hoy comenzaré el tema de las instalaciones centrándome en el sistema de calefacción y dejaré para el siguiente artículo el tratar de los baños.
La calefacción
Hasta no hace muchas décadas apenas existían en Japón radiadores
de calefacción ni tampoco estufas cerámicas parecidas a las centroeuropeas del siglo
XVIII. En las viviendas y en los ryokan se utilizaba un artilugio que curiosamente
era muy parecido a la mesa camilla española, aunque en su caso la mesita era de
patas muy bajas pues, como ya he comentado muchas veces, los japoneses no se sentaban en sillas, sino en el tatami.
Igual que en España, el sistema consistía en un brasero
situado debajo de una mesita cubierta con una especie de manta cuyos faldones llegaban
hasta el suelo, permitiendo así cubrir las piernas con ellos. De esa manera se mantenían calientes los pies, una de las partes el cuerpo más sensibles al frío. El nombre genérico del
hornillo usado en Japón es hibachi, y el de todo el conjunto, kotatsu.
Esos braseros podían ser metálicos o cerámicos, como el de la foto siguiente.
Hibachi cerámico. Foto: Wikimedia Commons.
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Los braseros también se usaban para calentar el agua de té o
incluso para cocinar y, en algunos casos, se incorporaban a unos muebles
especialmente diseñados para poder colocarlos en una habitación con tatami,
como el que vemos en la siguiente fotografía.
Mueble con hibachi. Foto: Wikimedia Commons.
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La ilustración siguiente es de una foto de 1880 en la que aparece
un mueble brasero como el de la foto anterior en el que se está preparando el
té.
Kusakabe Kinbei: Jóvenes en casa. Fotografía coloreada a mano, 16x28 cm, 1880.
Foto: Wikimedia Commons.
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Actualmente, en algunos casos todavía se utiliza una versión
moderna del kotatsu en el que se ha sustituido el antiguo brasero por un
calefactor eléctrico. En la siguiente fotografía se ve un kotatsu en una
habitación de un ryokan moderno como elemento que rememora tiempos
pasados.
Kotatsu en una habitación del ryokan Oyado
Yumehiko, Shikano Onsen, Tottori.
Foto de la web del ryokan.
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En la siguiente ilustración de un grabado de Harunobu, vemos
a tres mujeres que se protegen del frío cubriendo sus piernas con la manta del kotatsu. Resulta interesante ver que, a pesar de la baja temperatura exterior, tienen los shōji abiertos
para poder contemplar el paisaje nevado. Esa actitud,
soportar el frío para disfrutar de una buena vista, era una costumbre antiguamente muy
extendida entre las clases altas de Japón, las que podían
permitírselo, que de alguna manera todavía se mantiene en nuestros días.
Suzuki Harunobu: Tarde nevada en Matsuchi de la serie
Ocho vistas famosas de Edo, xilografía, 27x20 cm, c. 1770.
Foto: Wikimedia Commons.
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Es bien cierto lo que decía un arquitecto de que en Japón primero se calienta el cuerpo y luego el edificio, algo que parece muy lógico desde el punto de vista de la sostenibilidad energética. Si tuviéramos en cuenta ese planteamiento, antes de calefactar nuestra vivienda o estancia deberíamos abrigarnos ligeramente y solo luego, si es necesario, conectaríamos el sistema de calefacción.
Hemos visto que algunos ryokan, en invierno, todavía incluyen en sus habitaciones un kotatsu como elemento más simbólico
que funcional. No obstante, en los mejores establecimientos, a pesar de que su
“decoración” sea estrictamente japonesa, suelen disponer de modernos sistemas de
calefacción.
Los más “limpios” desde el punto de vista formal, por no necesitar
de elementos que distorsionen el ambiente tradicional, son, primero,
los de suelo radiante y, luego, los que funcionan por aire, en cuyo caso la situación de las
rejillas debe estudiarse para que visualmente sean lo menos intrusivas posible. En los sistemas partidos de aire acondicionado, sus unidades interiores resultan muy aparatosas, a menos que sean modelos empotrables en el falso techo.
Obsérvese en la fotografía anterior del ryokan Oyado Yumehiko lo que parecen ser unas discretas rejillas del aire acondicionado encima del armario que se encuentra al lado de la corredera de papel.
En el próximo artículo hablaré de una de las instalaciones imprescindibles
en un ryokan: los baños.
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