La cuarta generación de diseñadores japoneses, 3
Después del anterior artículo consagrado a los diseños orgánicos
de Sumikawa Shinichi, hoy hablaré de un diseñador que frecuentemente traspasa
la frontera que separa el diseño del arte y las instalaciones. Me estoy
refiriendo a Tokujin Yoshioka, a quien muchos consideran más un artista polifacético que un diseñador. Por ese motivo comentaré muy brevemente unos pocos de sus
diseños y un par de sus instalaciones.
Tokujin Yoshioka
(1967-)
Tokujin Yoshioka estudió en el Instituto de Diseño de Kuwasawa
donde se graduó en 1986. Entre 1987 y 1988, trabajó con Kuramata Shirō y en el año 2000 fundó su oficina de diseño. Ha
realizado trabajos para Miyake Issey, Swarowski, Vuitton, Hermès, Toyota, Lexus
y otras empresas.
Tokujin Yoshioka. Foto: tokujin.com
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Como veremos enseguida y al igual que no pocos artistas, arquitectos y diseñadores japoneses modernos, Tokujin ha buscado
insistentemente desmaterializar sus diseños hasta el
punto de hacerlos casi invisibles en muchos casos. El uso que Tokujin hace del
vidrio para lograr su propósito no se limita únicamente a utilizarlo como
elemento transparente, sino que manipulándolo adecuadamente logra lo que denomina “un diseño
sin forma”.
En uno de sus primeros trabajos Tokujin ya dejaba claro su
propósito. La lámpara llamada Tofu creada para Yamagiwa es en realidad una
placa de metacrilato transformada en emisor de luz.
Tokujin Yoshioka: lámpara Tofu para Yamagiwa, 2000. Foto:
tokujin.com
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Con su serie de objetos “Invisibles” creados para Kartell en
el año 2010, Tokujin mantuvo su línea de investigación sobre la desmaterialización.
Tokujin Yoshioka: silla "Invisible" para Kartell, 2010.
Policarbonato. Foto: tokujin.com
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En la siguiente foto, donde vemos a Tokujin sentado en su silla "invisible", se aprecia perfectamente
cuál era su objetivo: dar la sensación de estar sentado en el aire.
Tokujin Yoshioka: silla y mesa Invisibles para Kartell,
2010. Policarbonato. Foto: tokujin.com |
Sin embargo, en los diseños de sus sillones, Tokujin se sitúa en las
antípodas del aspecto inmaterial de esos dos diseños que hemos visto, tanto de su
cristalina textura como de su aparente, aunque falsa, ingravidez. Los modelos Panna
y Paper Cloud que creó en 2009 y 2007 son un buen ejemplo de ello.
Tokujin Yoshioka: sillón Panna, 2007. Fotos: tokujin.com
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En ambos sillones, Tokujin utiliza hábilmente las
posibilidades que ofrecen los tejidos para “arrugarlos” hasta lo imposible y crear así
una agradable sensación al sentirse abrazado por sus pliegues.
Tokujin Yoshioka: sillón Paper cloud, 2009. Foto:
tokujin.com
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Como ya he comentado, la actividad de Tokujin va más allá del diseño para entrar en el campo de las instalaciones, como la que organizó en el año 2010 en el Museo Mori de Roppongi Hills, en Tokio, y que tituló Nieve como parte de una exposición sobre la naturaleza.
En esa exhibición, Tokujin colocó dentro de un tanque de quince metros de ancho cientos de kilos de plumas que hacía volar y caer lentamente provocando la imagen de una gran nevada. Inserto un vídeo de menos de un minuto de esa insólita instalación.
En el año 2015, Tokujin diseñó un reloj para Issey Miyake
con una esfera cuadrada integrada en un brazalete metálico formado por pequeñas
láminas articuladas, todas de sección diferente. La caja con la que se vendía el reloj, que se ve en la foto de la derecha, mantenía esa misma idea.
Tokujin Yoshioka: la caja para el reloj para Issey Miyake, 2015. Fotos: tokujin.com |
Tokujin Yoshioka: reloj para Issey Miyake, 2015. Fotos: tokujin.com |
Un año más tarde, Tokujin volvió a su mundo inmaterial para crear para Issey Miyake unos maniquíes transparentes hechos con placas de metacrilato cortadas para crear el perfil del cuerpo humano.
Tokujin Yoshioka: maniquíes para
Issey Miyake, 2016. Foto:
tokujin.com
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Tokujin Yoshioka: maniquíes para
Issey Miyake, 2016. Foto:
tokujin.com
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Tokujin Yoshioka: maniquíes para Issey Miyake, 2016.
Fotos:
tokujin.com
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El siguiente paso en la manipulación de materiales transparentes como el vidrio o el metacrilato es utilizar su interacción con la luz y los colores, algo en lo que Tokujin, como vimos con su lámpara Tofu, siempre estuvo interesado. Eso fue lo que presentó en Milán pocos meses antes de escribir estas líneas y que ilustro en las siguientes fotografías.
Tokujin Yoshioka: instalación en la Milan design week, 2017.
Fotos: tokujin.com
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En la fotografía anterior, de un rincón de esa instalación que presentó en Milán, vemos una especie de sillas monumentales que cambiaban de color constantemente convirtiéndose en pura luz, en elementos sin masa. Cuando la sala se oscurecía, sus halos generaban una atmósfera mágica que inundaba todo el ambiente.
Tokujin Yoshioka: instalación en la Milan design week, 2017.
Foto: tokujin.com
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En esa última instalación de Tokujin en Milán, titulada Senses of the Future, el diseñador japonés utilizó la tecnología OLED, es decir, diodos orgánicos, para crear objetos que parecen respirar con los continuos cambios e color.
Inserto un vídeo de esa instalación en Milán, donde se
concedió al japonés el Milano Design Award de ese año. Dura menos de dos
minutos.
Uno de los últimos diseños de Tokujin para Vuitton fue el taburete que
denominó Blossom y cuyo asiento, como indica su nombre, recuerda los pétalos de una flor.
Tokujin
Yoshioka: taburete Blossom
para Vuitton, 2017.
Madera laminada y cuero.
Foto: tokujin.com
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Tokujin
Yoshioka: taburete Blossom
para Vuitton, 2017.
Madera laminada y cuero. Foto: tokujin.com
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Con esto concluyo esta serie de artículos sobre los
diseñadores japoneses nacidos en los años sesenta de la pasada centuria. En el siguiente hablaré de la última generación, los nacidos en las décadas de los setenta y ochenta, es
decir, los que han desarrollado toda su carrera en pleno siglo XXI.