En el anterior artículo me planteaba qué era lo que permitía
decir que un establecimiento hotelero fuese un ryokan. Parecía
que un ryokan era un albergue cuyo marco físico tenía unas características que le otorgaban un carácter especial, algo que quizás
un poco ambiguamente dije que era el “espíritu japonés”. Pues bien, hoy nos
plantearemos otra pregunta:
¿Existe el ryokan moderno?
Es decir, ¿es posible hoy día construir en Japón un ryokan? Confío que la respuesta a esa pregunta la tenga el lector cuando haya
visto los veinte artículos de esta serie. Precisamente, en los
tres últimos presentaré ejemplos de establecimientos muy modernos que, en mi opinión, son inequívocamente
nipones y pueden ayudar a encontrar una respuesta a esa cuestión, aunque sea provisional.
Pero empecemos ya.
En la foto siguiente aparece una suite del Beniya
Mukayū de Kaga, en la prefectura de Ishikawa, al que dedicaré el penúltimo
artículo de esta serie. Me parece que contemplándola ya surge la duda: ¿esa
habitación es o no es de un ryokan? Obviamente se trata de un edificio
moderno, pues se ha construido en este siglo XXI. Además, vemos que hay una
cama de estilo occidental en vez del tradicional futon en el suelo. Pero
también observamos que al fondo aparece un salón con tatami y sin sillas.
Y para acabar, entre esos espacios hay unos paneles correderos revestidos con
papel que no son más que unos shōji que, en este caso, separan ambientes interiores en vez de su más frecuente uso como cerramiento exterior.
Habitación de estilo mixto, occidental y japonés, en el
Beniya Mukayū de Kaga, prefectura de Ishikawa.
Foto de Shiratori Yoshio en la web del
arquitecto, Takeyama Kiyoshi Sei.
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Con todos esos detalles que vemos en la foto, ¿podemos
decir si es un ryokan o un simple hotel? Pues bien, resulta que en la
web de ese establecimiento, el Beniya Mukayū, no aparece la palabra ryokan,
pero sí la de hotel, mientras que en la página del arquitecto que proyectó el
edificio sí se dice que es un ryokan. Es decir, las dos partes más
implicadas en el tema tienen opiniones contrapuestas. ¿Qué opina al respecto el
lector? De momento es mejor no precipitarnos en contestar a esa pregunta.
A partir de la segunda mitad del siglo XX se han construido
en Japón bastantes establecimientos que se autodenominan ryokan y que,
al menos exteriormente, no parecen ser edificios de estilo japonés. Incluso
algunos de ellos tienen unos interiores cuya, para entendernos, “decoración” se
aleja de lo que normalmente interpretamos como nipón.
Me permito recordar algo que suelo repetir a menudo: “la
tradición no se encuentra en las formas, sino en el espíritu”. Ya he dicho que al final de esta
serie presentaré tres ejemplos de establecimientos japoneses con una
arquitectura vanguardista pero que su espíritu (véase el anterior artículo),
trato y servicios son herederos directos de las tradiciones más profundas del Japón
clásico. La foto siguiente es un ejemplo de esto último, los materiales e
instalaciones de la habitación son modernos, pero su ambiente ¿es o no es
japonés?
Una de las habitaciones del ryokan Beppu
Shōwaen, prefectura de Ōita. Obsérvese el aparato de aire acondicionado en la esquina superior derecha. Foto de la web del ryokan. |
A partir de los años sesenta del pasado
siglo, el aumento de los desplazamientos y el turismo interior obligó a modernizar
o ampliar las instalaciones de no pocos ryokan antiguos. Si bien algunas de esas
actuaciones distorsionaron su atmósfera tradicional, muchos de ellos intentaron mantenerla aunque con algunas servidumbres que sacrificaban los
postulados más estrictos de la ortodoxia en ese tema.
La primera de esas servidumbre fue la incorporación de un
aparato de televisión en las habitaciones, un artilugio que difícilmente
encajaba en un tokonoma pensado para exponer un arreglo floral o una
pintura. Más tarde aparecieron los aparatos de aire acondicionado, cuyo volumen
se adaptaba muy mal, primero, a las tradicionales puertas exteriores correderas y, luego, a las paredes desnudas de las habitaciones.
Sin embargo, poco a poco, los establecimientos más escrupulosos han intentado prescindir
de las voluminosas pantallas o como mínimo camuflarlas y han procurado buscar otros medios
para calefactar y refrigerar sus estancias.
Una de las habitaciones del ryokan Beppu Shōwaen,
prefectura de Ōita. Obsérvese la televisión, el teléfono y la caja fuerte al
lado del tokonoma. Foto de la web del ryokan.
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¿Qué es el estilo japonés?
La sociedad actual es mucho más compleja que la de
finales del siglo XIX o principios el XX, y sobre todo mucho más exigente en lo
que refiere a niveles de confort, palabra que muy a menudo confundimos con
lujo. Por eso, el mantener hoy día un ryokan en un edificio antiguo de
estilo japonés en el que se desea conservar el verdadero ambiente tradicional
resulta difícil y en muchas ocasiones complicado y caro
Lo que debería diferenciar un ryokan de cualquier
establecimiento hotelero es precisamente su ambiente inequívocamente nipón, el cual,
en mi modesta opinión, es el resultado de estos tres conceptos: el
arquitectónico, en el que se debe incluir, además de las habitaciones, el jardín y las
instalaciones de baños, el trato al cliente y el funcionamiento, los tres con
el calificativo de “japonés” en su sentido más profundo.
Una de las suites con jardín y baño exterior privados del ryokan
Atami Sekitei, prefectura de Shizuoka. Foto de la web del ryokan.
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Seguramente, en un principio diríamos que un ryokan debería
ubicarse, al menos parte de sus instalaciones, en un entorno arquitectónico de
estilo tradicional construido en la primera mitad del siglo XX como muy tarde. Eso implicaría que gran parte de sus acabados serían de materiales clásicos y que dispondría de galerías abiertas, así como de habitaciones con tatami y vistas a un pequeño jardín. También tendría baños de estilo japonés, bien comunitarios o privados, y un servicio de cocina centrado en la gastronomía local. Y todo eso sin
hablar del especial trato al cliente que se da por supuesto en todo Japón.
No obstante, si no queremos caer en un purismo excluyente,
deberíamos admitir que esas cualidades pueden encontrarse tanto en
albergues antiguos como en modernos. Para ello, solo se requiere sensibilidad
de los propietarios y capacidad en el diseñador de turno.
Como veremos al final de esta serie, existen establecimientos modernos que, sin tener clásicos tokonoma ni fusuma con
pinturas, gracias a su diseño tienen una atmósfera genuinamente nipona, como el
más antiguo de los ryokan de Kioto, o casi…
Pero creo que deberíamos empezar por el principio y ver,
aunque sea someramente, los antecedentes del ryokan actual, cosa que dejo
para el siguiente capítulo de esta serie.
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