En el anterior artículo solo di una primera idea de lo
que es un ryokan. En realidad, no fue más que el pistoletazo de salida de una serie de veinte capítulos que iré publicando cada dos semanas y en los que intentaré explicar algunas de las particularidades arquitectónicas de
un ryokan. Adelanto que me dejaré muchas cosas en el tintero, sobre todo
las que se alejen del limitado ámbito de mis conocimientos.
Por ese motivo, no hablaré del funcionamiento de un ryokan
tradicional, a menudo gestionado por generaciones de una misma familia. Tampoco
lo haré de su gastronomía ni de la manera de presentar sus menús a los
clientes. Y finalmente, solo abordaré de pasada el tema de los baños termales,
un campo que también tiene su historia y particularidades.
Así pues, dicho esto, empezaré este artículo con una
pregunta sobre una idea que surgirá bastantes veces en esta serie:
¿Qué es el espíritu japonés?
Últimamente, me estoy dando cuenta que en mis escritos
recurro frecuentemente a la expresión “espíritu japonés” sin dar mayores
explicaciones. No pretendo en absoluto que Japón sea el único país que tenga "espíritu",
faltaría más. Creo que instintivamente entendemos que cada pueblo tiene el suyo
propio. Existe un espíritu español, inglés, ruso o, si se prefiere, hispano, anglosajón,
eslavo. Y por supuesto muchos más en cada uno de los cinco continentes; pero aquí estamos hablando de Japón.
Centrándonos en lo que es un ryokan, además de los rasgos
arquitectónicos japoneses que iré comentando a lo largo de esta serie, hay que
tener en cuenta otros aspectos no menos importantes. Por ejemplo, si el trato al
cliente se rige por cánones japoneses, si se proporciona cena y desayuno de
estilo japonés y, para acabar, si tiene un servicio de baño también de estilo japonés,
un elemento este muy importante.
En el anterior párrafo he repetido voluntariamente cuatro
veces el calificativo japonés. Es decir, un ryokan debe mostrar un
“porte nipón” por los cuatro costados. Pero, como podemos adivinar
fácilmente, el quid de la cuestión se encuentra en definir el resbaladizo
concepto de aroma, espíritu o porte nipón.
Veamos un ejemplo. La imagen siguiente muestra una
habitación de un ryokan cuyos acabados no tienen cien años de
antigüedad, ni mucho menos, pero que en mi opinión es inequívocamente japonesa,
es decir, tiene espíritu, atmósfera, ambiente, como queramos llamarlo, japonés.
Habitación del ryokan Asaba en Izu, prefectura de Shizuoka. Foto de la web del ryokan. |
Para concretar un poco más, voy a intentar encontrar qué
elementos de esa habitación pertenecen al vocabulario de la arquitectura
antigua de Japón y si se han utilizado “literalmente” o no. Veamos si
hay más de tres.
El primero sería el tokonoma que aparece a la
izquierda de la habitación. Para los que no sepan qué es un tokonoma, baste decir que es un espacio definido por un pilar lateral, al que suele adosarse una pared, con el suelo un poco más levantado que el de la habitación donde se encuentra y que se utiliza para exponer alguna pintura, objeto artístico o arreglo floral. En la foto anterior es donde vemos la pintura colgada y una pequeña vasija con unas plantas. En algunos casos, empleo la expresión "hornacina ornamental" en vez de la palabra japonesa.
Si nos fijamos, el diseño del tokonoma de la habitación de la foto anterior es innovador pues, además de ser más ancho de lo usual, el pilar que lo separa de la zona con el pequeño armario
bajo está literalmente “cortado” para convertirlo en una idea, una sugerencia. Sin embargo, a pesar de
esas libertades de diseño, enseguida se reconoce que se trata de uno de
los componentes ineludibles en una habitación de estilo japonés desde hace ya
más de cinco siglos, cuando nació el llamado estilo shoin de
arquitectura residencial, del que hablé más extensamente en este artículo.
En la foto siguiente vemos un tokonoma más "clásico" en una
residencia privada que se ha engalanado con una pintura y un humilde
arreglo floral como mandan los cánones. En este caso, su pilar remata la pared lateral que lo separa de la zona del armario, mientras que en su lado derecho hay una ventana.
Hornacina ornamental (tokonoma) con una
pintura colgada (kakemono) y un arreglo floral (ikebana) en la casa Ōhashi, Kurashiki, prefectura de Okayama. Foto J. Vives. |
Pero volvamos a la fotografía de la habitación del ryokan. El segundo elemento que pertenece al vocabulario tradicional es la galería perimetral que vemos a la
derecha de la estancia y que está separada del interior con unas puertas
correderas del tipo shōji. Si nos fijamos, en ellas se aprecia que la parte central
puede deslizarse hacia arriba para enmarcar la vista del jardín cuando se está
sentado en el tatami, un detalle que demuestra la meticulosidad de la
persona que estuvo a cargo del diseño del establecimiento.
El tercer elemento es una de las contantes en la arquitectura japonesa
de todos los tiempos: su particular tendencia a expandirse hacia el exterior
gracias a unas aberturas amplísimas. En este caso, la habitación se abre por dos
de sus fachadas a un jardín próximo. En una de esas vistas se descubre entre la
maleza un farol de piedra, otro elemento genuinamente nipón presente en casi todos los jardines.
La foto siguiente es de la habitación de otro ryokan
con esa misma idea de apertura al jardín gracias a sus enormes correderas en dos
fachadas.
El jardín del ryokan Atami Sekitei, prefectura de Shizuoka. Foto de la web del ryokan. |
Pero además de esos tres elementos, hornacina, galería y apertura al exterior, y por supuesto de los tatami, se aprecian otros detalles que no son
estrictamente arquitectónicos, sino más bien muestras de un correcto uso que contribuyen
a generar su característica atmósfera, esa que llamo japonesa. Veamos.
En la primera foto de este artículo, la del ryokan
Asaba, en el tokonoma se ha colgado una pintura, cuyo formato se
denomina kakemono y del que hablé en otro artículo de este blog. Apoyado en el suelo, hay un sencillísimo ikebana en
una pequeña vasija de porcelana sobre una base negra lacada. La lámpara de techo proporciona de noche la luz mínima necesaria, no más. El resultado es un ambiente inconfundiblemente japonés y clásico.
Supongo que ya nos hemos dado cuenta que esos dos elementos ornamentales que sintonizan con la época del año, pintura y arreglo floral, también están en la fotografía de la casa Ōhashi. No es casualidad, sino la forma más ortodoxa de crear la atmósfera adecuada.
Con esos tres elementos concretos más los tatami y,
para rematar el tema, el mencionado buen uso del tokonoma, que debe
servir para mostrar un par o tres, no más, elementos, ya queda definido el
ambiente de esa habitación. En el ryokan Asaba se ha hecho una
interpretación moderna de elementos clásicos con cientos de años de antigüedad
para mantener lo principal, el “espíritu” tradicional.
En el establecimiento solo quedaría un
elemento también importante: la instalación de un baño con aguas termales como
el de la foto siguiente. De los baños en los ryokan hablaré más adelante en
otras entregas de esta serie.
Baño termal exterior, rotenburo, del ryokan
Beppu Shōwaen en la prefectura de Ōita.
Foto de la web del ryokan.
|
Por todo ello, si se me permite el “arquicentrismo” (perdón
por el palabro), podríamos decir que uno de los aspectos más importantes en un ryokan
es su arquitectura, pues el marco físico se convierte quizás (siempre tengo dudas) en
el responsable máximo de generar el resto de los rasgos de un espacio que
permiten calificarlo de japonés.
Un establecimiento hotelero de estilo arquitectónico internacional,
y menos si tiene “toques” tailandeses, chinos, árabes, hispanos, griegos, suizos
o cualesquiera otros, aunque el trato al cliente sea excepcional, aunque posea baños
termales y aunque ofrezca una excelente gastronomía, difícilmente podrá calificarse de
ryokan.
Con esto doy por finalizado este artículo, en el siguiente seguiremos haciéndonos preguntas, por ejemplo: ¿puede un establecimiento
moderno ser un ryokan?
¿Estas interesado en la arquitectura clásica japonesa?, pues en mi libro Arquitectura tradicional de Japón encontrarás lo que buscas. Mira en estos enlaces sus datos, su índice, su introducción y un extracto. Puedes comprarlo en cualquier librería o en Amazon.